11 de mayo 2023
Las madres son felicitadas, alabadas y consentidas cada 10 de mayo... Bueno, no todas. Algunas deben de cumplir con varias responsabilidades, unas justas y otras no tanto, cosas que demuestran que a pesar de ser un día “para las mamás” no representa una celebración horizontal. Seguiremos el día de Sofía, una mujer, madre e hija a la vez, para comprender mejor la situación y la fomra en que se vive la máxima fiesta a la maternidad.
La mañana inicia a las 8AM, despertando para despedir a su hijo que se dirige al trabajo. Entre bostezos y sensación de cansancio, Sofia se levantó para verificar que no le hiciese falta algo antes de irse. Una vez segura, ya no pudo conciliar el sueño, comenzó a pensar en todo lo que seguirá a partir de ese momento: el desayuno, la limpieza y el viaje para visitar a su madre, quien vive a una hora de distancia. Es así como decidió comenzar a alistarse, tomar un baño y arreglarse.
Con la piel fresca y la mente un poco más clara, Sofía cocinó el desayuno con lo que había en la cocina: Chicharrón en salsa roja, un platillo que aprendió en la cocina de su mamá. Su toque particular fue agregar algunas verduras como calabaza y nopales, cosa no muy recibida por su familia. Con un gesto de disgusto, pero sin opción, su pareja e hija pequeña comieron el guisado sin más reclamo. Sofía está acostumbrada a recibir esos gestos, por lo que no significan mucho para ella, sin embargo, hay algo de mal agradecimiento detrás.
Después de desayunar -cabe destacar que fue la última en sentarse a la mesa y la primera en levantarse-, Sofía corrió de un lado a otro porque no le gusta dejar la casa sin que este ordenada y limpia. Lavó, sacudió y fregó todo lo que considerara sucio, especialmente porque el clima últimamente con sus vientos hacía que la casa estuviera más polvosa de lo usual. Mientras trabajaba y su hija se encontraba jugando, pidió a su pareja que fuera a comprar algunas cosas que necesitaba para llevar a la visita a su madre, carne específicamente.
Ya terminadas las tareas del hogar en tiempo récord -comenzó a las 9AM con el desayuno a acabó a las 11AM el resto-, Sofía y su hija tomaron el autobús con dirección a la casa de madre. De vestido y con la bolsa de mandado, ambas se sentaron por una hora en el autobús, conversando sobre como le va a su pequeña en la escuela, los olores que había en el bus y el calor que sentía porque las ventanas eran difíciles de abrir. Durante el viaje también escucharon a alguien hablar sobre como el regalar flores es algo bastante efímero y corto, y lo mejor sería dar algo más. Sofía cambio su plan de comprar un ramo de flores en el camino porque las palabras de esa persona le hicieron reconsiderarlo, y decidió buscar flores con maceta una vez bajaron del autobús. Algo que no considero al tomar esa decisión fue que cargaría un poco más de peso.
Una vez que encontró un lugar recóndito en el que vendían flores con maceta, a varias cuadras de la casa de su madre, llegó con ella con abrazos y besos. La saludo y habló un rato con ella sobre su salud, el clima y como el personaje de la telenovela era bastante tonto, Sofía comenzó a preparar la comida, algo que usualmente le toma su tiempo y energía. Y que, por supuesto, al ser la mujer joven de la casa, es la tarea que le corresponde cada que visita a su madre.
Habiendo comido las tres, Sofía sabía que venía la parte más compleja: despedirse de su madre. Si bien la distancia no es mucha y se ven frecuentemente, para ella es complejo salir del hogar maternal para dirigirse al propio. Con una sensación de tristeza, ambas mamás se abrazaron y despidieron con la promesa de verse lo más pronto posible. Después, Sofía y su hija tomaron nuevamente el autobús para dirigirse a casa.
Con un viaje igual de largo, pero más cansado emocionalmente, Sofía llego a casa y fue recibida con abrazos y festejos por parte de su pareja e hijo, lo que la ayudo a sentirse más tranquila y reconfortada. Sin embargo, nuevamente se encargo de preparar la comida para ambos mientras ellos esperaban sentados en el comedor. Algo cuestionable ¿no? Pero era la costumbre y no importaba la fecha, no podía cambiar.
Ya comidos, la familia se sentó en la sala para ver una película. Una vez terminó, Sofía no pudo dejar de dar una sacudida extra a la casa antes de ir a dormir. Finalmente, cansada de todas las formas posibles, así fue como Sofía pasó su celebración del Día de las Madres: trabajando una y otra vez.
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