El actor José Luis Alfaro Flores es egresado de la Licenciatura en Teatro de la Universidad Veracruzana y de la Maestría en Psicoterapia Gestalt del Colegio de México. Funge como director y actor en numerosas obras. Además, imparte clases en la Licenciatura en Arte Dramático de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y tiene a cargo el taller de teatro “serpientes y escaleras” de la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericana de la Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Desde su adolescencia ingresó a talleres y a proyectos teatrales, los cuales le despertaron la pasión de la actuación, pues se sentía libre: el manejo del cuerpo, la voz, la gesticulación facial y la evocación de imágenes le hacía sentir un bienestar. En esta entrevista hablaremos sobre el proceso de preparación actoral, el personaje que más ha influido en Alfaro y el significado del teatro para él.
Inició explicando cómo es su preparación actoral, que consiste en tres aspectos: “me informo, práctico, busco sensaciones, para que el lado lógico pueda tomar de ahí o pueda cambiar para irse a la interpretación”. El primer punto se lleva a cabo mediante la observación del comportamiento de las personas, la investigación sobre los aspectos mentales o fisiológicos que pueden tener los personajes y la aplicación de la teoría de la Psicoterapia Gestalt. La práctica es a través de los ensayos, los cuales le ayudan a perfeccionar las técnicas, más los comentarios, las críticas y las sugerencias de sus compañeros mejoran la estructura de su personaje. Para poder profundizar utiliza signos que dan soporte y contexto a la obra, por lo que se centra en el hemisferio analítico y creativo.
Durante la entrevista afirmó que Don Quijote y su actual personaje Aquiles han influido en su persona. La obra teatral de Don Quijote no fue fiel a la novela de Miguel de Cervantes, pues se trató de una historia con ciertos aspectos nuevos y con un personaje ranchero de estilo mariachi; estas características lo hicieron sentirse libre: “Me marcó para sentirme libre”. Mientras, Aquiles el barbacoyero lo marcó al ser un personaje cercano a él, además, de hacerlo cuestionarse sobre su interpretación y por revelar tres aspectos de su persona: “Me está marcando, porque lo estoy orillando a decir cosas que son fuertes o que confortan o transgreden a mi actor, a mí como persona y a José Luis en la sociedad”.
Al final reveló cómo concibe el teatro: “Hace tiempo para mí era solo un lugar donde puedo ser libre, hoy para mí el teatro es un compromiso y responsabilidad conmigo y con el otro, de qué decir y cómo decirlo. Me interesa tener un diálogo con los seres humanos desde el sentir poético. El teatro es movimiento, responsabilidad, compromiso y poesía. En eso está mi teatro”.
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