Reportaje
AMALIA SOLÍS Y ELISA ANAYA | FILOLETRAS
9 DE MARZO 2023
"Cantamos sin miedo, pedimos justicia, gritamos por cada desaparecida"
El pasado miércoles 8 de marzo, día internacional de la mujer, cientos de mujeres tlaxcaltecas tomaron las calles al ritmo de consignas como “Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente, mujer consciente se une al contingente”. La marcha en contra de la violencia de género partió de dos puntos: la antigua asta bandera ubicada junto a plaza vértice y la nueva, que se encuentra en la calle independencia, recorriendo las principales avenidas de la capital, terminando en el palacio de gobierno, ahí se congregaron los diversos colectivos con distintas formas de manifestarse pero con los mismos objetivos: ser escuchadas, hacer valer sus derechos y obtener justicia.
El 68.6% de mujeres tlaxcaltecas de más de 15 años experimentaron algún tipo de violencia (psicológica, física, sexual, económica o patrimonial) a lo largo de su vida y 47.7% en los últimos 12 meses según la ENDIREH 2022 (Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares). Sin mencionar las omisiones de la fiscalía para resolver los casos de desaparecidas. En el estado sobran razones para protestar y este 8M mujeres de la tercera edad, jóvenes, adolescentes, niñas, e incluso mascotas, alzaron la voz.
De forma preventiva el Palacio de Gobierno fue resguardado con vallas metálicas una noche antes, aunque estas no permitieron el paso de las manifestantes para dialogar con la gobernadora, no impidió que las colectivas se expresaran de forma pacífica escribiendo sus denuncias en ellas, pintándolas de morado, pegando carteles, poemas, nombres y fotos de desaparecidas, etc.
Dentro de la congregación, las mujeres saltaban con la consigna “La que no brinque es macho”, mientras gritaban, cantaban y lloraban. Ofrecieron un memorial por las desaparecidas, donde colocaron flores, prendas y fotos. Junto a este, un estrado donde familiares de las desaparecidas y víctimas de abuso dieron su testimonio para lanzar al fuego las fotos de sus agresores o carteles, mientras se daba un momento de silencio.
Con la presencia del famoso Bloque negro, aunque era mínimo de alrededor 20 mujeres, la fuerza policial que resguardaba el Palacio de Gobierno comenzó a tirar gases, incluso donde se encontraba una mayor congregación de mujeres y hombres que sólo estaban espectando los hechos, como respuesta a los intentos de manifestantes de subir el muro. Las mujeres no se detuvieron aún con el miedo de lo sucedido en la marcha del año pasado, donde hubo una mayor represión por parte de la fuerza policiaca, golpeando y encapsulando manifestantes.
Después de algunas horas un tanque dispersó a las manifestantes con agua a presión, dando fin a algunas actividades como la parte testimonial de mujeres violentadas o de familiares pidiendo ayuda. Dicho tanque se alejó montado por un hombre que se subió con la visible intención de causar el mayor daño al vehículo. Algunas manifestantes grabaron a policías que desde el techo del palacio de gobierno lanzaron granadas de gas al centro del zócalo, con todo esto la protesta continuó en el kiosco, mientras quemaban carteles y cantaban.
El 8M significa para las mujeres poder expresarse sin temor a ser violentadas, por ello, vemos que muchas de ellas llevan looks que no usarían en un día normal “si me ven así en las calles y estando sola seguro me pasa algo… lo mínimo sería el acoso, pero eso con cualquier cosa que una use”. El maquillaje y la ropa es una manera de expresión; romper las normas de la hegemonía, es una forma de protesta que no resta respeto o dignidad a quienes deciden vestir así en cualquier ocasión (por ello el performance Un violador en tu camino “Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía”).
Cada mujer tiene sus motivos para salir a marchar: haber sido abusadas, violadas, maltratadas, golpeadas, recordar y exigir justicia por las que ya no están, o simplemente como un acto de sororidad hacía otras. Algunas asistentes a esta marcha nos contaron qué las motiva a salir a las calles este día:
“Para exigir muchas cosas: justicia, principalmente, reivindicarme, preguntarme, cuestionarme, observar todo y hacerme presente como mujer, visible, ciclista, por eso”.
“Es la primera marcha a la que vengo y estoy aquí para alzar la voz por todas las mujeres que ya no están, para seguir defendiendo nuestros derechos, para que nos sigamos manteniendo vivas, lo que exigimos más que nada es justicia y sobre todo que la policía nos cuide y nos proteja en lugar de que nos viole y nos violente, por eso salí a marchar”.
“Porque es el momento donde nos podemos encontrar muchas más voces, muchas más cuerpas, donde precisamente, incluso, se siente un miedo por parte del estado que nos espera, así como nosotras también esperamos este día para salir, y bien, vaya, es en conmemoración del día internacional de la mujer, precisamente es el día en que más rabia sentimos de manera colectiva y justo estamos aquí por eso”.
“Por la inseguridad que vivimos en nuestro estado, yo creo que todas las mujeres hemos sido víctimas en el día a día cuando vamos a realizar nuestras actividades y no es justo que la gobernadora siendo mujer no elija apoyarnos y darnos respuesta y justicia”.
Salir a marchar cada año no es en vano; aunque parezca contraproducente por la represión policial, encarcelamiento, golpes y demás represalias que se tiene en contra de algunas asistentes a las marchas de todo el país. Se han logrado cambios significativos como: Ley Olimpia que protege a las víctimas de violencia digital; Ley Monzón, la cual estipula que ahora los hijos víctimas de un feminicidio ya no se quedarán con los agresores de sus madres; Ley Ingrid que castiga con cárcel a los que difunden imágenes o información sensible de víctimas; Ley Malena que castiga los ataques de ácido como tentativa de feminicidio hasta con 40 años de cárcel. Actualmente las mujeres pueden elegir tener cargos públicos y acceder a la educación. Pero todavía no podemos caminar seguras por las calles, ni garantizar que las niñas crezcan en espacios seguros, aún tenemos motivos para salir a marchar.
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