VANESSA MENESES Y JOCELINE LÓPEZ | FILOLETRAS
22 DE MARZO DE 2023
En una encuesta que se realizó en el mes de marzo, dentro de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, el 44,4% de los estudiantes-emprendedores, invierten las ganancias en gastos escolares como: viáticos, libros, copias, etc., esto como apoyo a la economía familiar que se vio afectada después de la pandemia del COVID-19, pues refieren que ayudándose unos a otros, la economía gira y se ayudan entre sí. El emprendimiento es un proceso que conlleva a la creación de un negocio, con el fin de generar recursos que permitan cubrir necesidades o, bien, por mera actividad lúdica y de pasatiempo. La economía familiar es una situación que no solo preocupa a padres de familia, sino también a los hijos, en este caso, los jóvenes universitarios.
Si bien, el emprendimiento en los jóvenes ha incrementado y se ha reflejado en las redes sociales y, por supuesto, en los pasillos universitarios; el ofrecimiento de productos como: dulces, postres, venta por catálogo, ropa en línea, accesorios, etcétera, han permitido que nuevas generaciones culminen y se titulen de las licenciaturas, siendo factor que posibilita obtener remuneraciones.
Además, el emprendimiento que se ha generado dentro de la institución ha sido entre varios estudiantes de diferentes licenciaturas, predominando Enseñanza de Lenguas y Lengua y Literatura Hispanoamericana. Ser estudiantes y dedicarse a vender algún producto es de asombrarse, ya que la mayoría de los estudiantes que venden dentro de la facultad consideran que el principal problema al que se han enfrentado es la falta de tiempo, ya sea para preparar sus productos o para venderlos, ya que también tienen que asistir a clases y transportarse a sus casas.
Pese al estrés académico, los jóvenes emprendedores no descartan el negocio que crearon; sin embargo, sí se enfrentan a una serie de problemas con el tiempo para realizar las actividades escolares y además, preparar los productos que tienen a la venta, esto en el caso de los productores; la falta de economía en otros también es un dilema, dado que no pueden invertir con mucho si se vende poco o al revés. Un ejemplo es Flor Delgado, joven emprendedora y estudiante de la licenciatura en Enseñanza de Lenguas, que comenta alguno de los problemas a los que se ha enfrentado como estudiante y emprendedora:
“A los pagos tardíos de algunos clientes, a cargar con productos, catálogos y aparte mis útiles escolares, a recibir un ‘no’ de las personas a las que les ofrezco mis productos de la escuela”.
Sin embargo, el 66.7% de los estudiantes emprendedores solo venden mercancía dentro de la escuela y en ninguna otra parte, esto porque aprovechan el tiempo que pasan en la escuela para ganar un extra de dinero, mientras que el 33.3% sí venden sus productos en otros lugares, como bazares o por internet. No obstante, estudiantes como Mayinali Flores y Flor delgado proponen acrecentar el emprendimiento juvenil a través de “una mayor difusión y tener el apoyo de las autoridades de las facultades y universidad en general”, además de “dar un espacio determinado en la facultad como una vez al mes para poder vender los productos sin afectar nuestro tiempo de estudio”, esto con el objetivo de mejorar las ganancias y darle seriedad a la continuidad de su carrera académica.
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