Gabriela Muñoz
Entre los géneros musicales hay algunos más populares que otros. Ciertamente no puede compararse el éxito de la cumbia con el de la música clásica o el jazz, aunque alguno pueda argumentar que los dos últimos son más complejos o “mejores”. Si bien puedes poner a Caifanes en una fiesta, seguramente una canción de Los Ángeles Azules levantará más los ánimos.
Si preguntamos a alguien qué tipo de música escucha, entre las respuestas comunes podríamos encontrar al Rock, Pop, Cumbias, Ballenato, Metal, Emo, Rap, Corridos, Banda, y entre los más pretenciosos, Jazz y Clásica. Casi nunca nos dirán que escuchan Cantos Gregorianos, Gorenoise o Vaporwave, ya sea por ser géneros desconocidos o por mantener íntegra su reputación como personas normales.
Hoy hablaremos de uno de estos géneros de baja, ínfima popularidad: el Vaporwave. Pero no te preocupes por sus fans ni por sus artistas, pues uno de los objetivos con los que nació este género musical es el de nunca volverse popular.
El Vaporwave comenzó a surgir a principios de la década del 2010 como un movimiento estético de internet, retomando como influencia la música electrónica, el pop, jazz y R&B de los años 70’s, 80’s y 90’s, teniendo como punto de partida un sentimiento de nostalgia hacia estas épocas. Esta nostalgia no añora el estilo de vida, si no las visiones de futuro que existían entonces, los ideales mostrados en libros, comerciales, películas, series y videojuegos; promesas de futuro que, en retrospectiva, resultaron vacías y superficiales. De este modo, el vaporwave adquirió una naturaleza crítica hacia el capitalismo que vende ideales por los que no lucha.
Es el mismo espíritu crítico el que lo lleva a ser un género que no puede ser comercializado, a crear sonidos que nunca podrán ser transmitidos en la radio comercial y visuales lo suficuentemente absurdos como para no convertirse en un producto.
Para expresar esta nostalgia por un futuro inexistente, el vaporwave samplea canciones ochenteras, generalmente añadiendoles reverb, delay y haciéndolas más lentas. Se aderezan con sampleos de comerciales y películas de la época para aumentar el efecto nostálgico.
La musica está fuertemente ligada con lo visual, apartado en el que, originalmente, se utilizan colores neon, pasteles y vibrantes. Encontramos elementos de la antigüedad clásica como estatuas y templos griegos, tecnología de los 80’s y 90´s como la Macintosh de apple y las GameBoys, e imágenes absurdas como delfines iridiscentes, vasos de fiesta y todo lo que se te ocurra. Para mí, el empaque de los cerillos clásicos “La Central” encaja perfectamente en esta estética.
El Vaporwave alcanzó su máxima (in)popularidad entre el 2013 y el 2016, entre los adolescentes más raritos y adictos al internet de la época. La estética se combinó con humor irónico y absurdo que finalmente daría paso al “shitpost”.
A pesar de existir entre las sombras (sombras rosas y moradas), el Vaporwave ha tenido una sospechosamente extendida influencia en géneros actuales.
Comenzando por sus subgéneros, tenemos el ambient, mallsoft, future funk, y, de alguna forma incomprensible, el synthwave y el lo-fi. Los dos últimos serían los más populares, y los primeros los más desconocidos, incluso más que el propio vaporwave.
Pero resulta aún más extraño para mí, como fan de este género que nació para la impopularidad, encontrarlo en productos sumamente populares, como la evolución de las estéticas de internet, el Trap (véase Yung Lean) y los Corridos Tumbados (véase Junior H).
Sin embargo, y a pesar de que me gusta consumir esta forma metamorfizada de vaporwave, siempre es reconfortante volver a los rincones más apartados y menos tóxicos del internet superficial, poner un álbum de tres horas de música que suena a que el reproductor de vinilos está descompuesto, y leer las anécdotas de desconocidos en los comentarios.
El Vaporwave nació muerto, sigue muerto y eso ha permitido que tenga una de las comunidades musicales menos tóxicas en la actualidad, que sus artistas hagan música por el mero placer estético que les trae, y que sus escuchas se dediquen a compartir experiencias en lugar de pelearse entre ellos.
Para finalizar, recomiendo a mis artistas favoritos de este género musical: Blank Banshee, 2814, Haircuts for men y Desert sand feels warm at night. Si te interesa escucharlo, por favor, mantenlo impopular.
En mi humilde opinión el vaporwave es mas que un genero musical o corriente estetica. Esto es una opinion completamente subjetiva y nadie la pidio pero seccion de comentarios que veo seccion de comentarios que comento (el gen Boomer esta en mi ser). Este genero encapsula bastante bien el sentimiento de la nosatalgia y del optimismo capitalista. Hey, todo va a salir bien, el vaporwave responde burlandose de ese optimismo de forma irónica Ojala todo fuera a salir bien.
Como sea, yo siempre he defendido la pequeña entrada al vaporwave al publico mainstream, como bien se menciona en el articulo muchos artistas toman elementos de su estética para posicionarse mejor, creo que es parte de la transfiguración del arte; el como…